Leer que los universitarios y estudiantes
cada vez leen menos, no es algo que me suponga una sorpresa o novedad, ya que
es algo que observo entre mis compañeros desde hace tiempo.
Personalmente,
si me considero lector, siempre que me es posible, aunque es cierto, que antes
tenía más tiempo para dedicarle a la lectura. Concretamente, en mis ratos
libres, compagino varias lecturas: La tercera parte de la saga de Juego de
Tronos, Guerra Mundial Z (que era una lectura pendiente de hace unos años) y el
primer libro de la saga de Cazadores de Sombras (por recomendación de una
“adicta a la lectura” y compañera de la carrera). Anotar que aunque da la
casualidad que son libros que tienen adaptaciones, no estoy interesados en
ellas, y quizás si no tuviéramos esas adaptaciones, la gente recurriría más al
libro que a ver la película y a olvidarse del libro.
Cuando
digo que no me sorprende leer estos datos, es porque ya desde pequeño, muchos
de mis compañeros buscaban los trabajos de los libros que nos mandaban en “El
rincón del vago” para así poder dedicar su tiempo a otros menesteres “más
importantes” para ellos, como podría ser jugar a la “play”, en la plaza a la
pelota o los entrenamientos. Personalmente, aprendí a compaginar los ratos de
ocio compartidos con la lectura y quizás que desde joven en la ESO, ya fuera yo
quien me preocupaba por buscar libros que me llamaran la atención, me
gustaran y que cuando dejaba de leer el
libro, perfectamente había pasado una tarde entera. Recuerdo en 1º de ESO disfrutar de “El
Padrino” de Mario Puzo, y posteriormente la saga del inspector Pendergast de
D.Preston y L.Child, a C. R. Zafón, a
Cormac McCarthy, a Michael Crichton, John Grisham, Bram Stoker…
Actualmente,
si es cierto que tengo que compaginar y dedicar bastante tiempo a la lectura de
documentos, trabajos, artículos en internet, que terminan siendo la única
lectura de mucha gente, y que siguen con la idea de que hay mejores cosas que
leer. Quizás el haber permitido escoger
los títulos de los libros en lugar de imponerlos, hacer entrevistas u opiniones
sobre el libro en lugar de mandar trabajos que con buscar la reseña ya tenías
la solución, entre otras cosas, habrían producido posiblemente, que más gente
descubriese el placer de leer.
Y
llegamos a las bibliotecas, que
esperemos que no lleguen algún día a ser aquel Cementerio de Libros que nos
encontrábamos en la Sombra del Viento de C.R.S. y es que, en mis visitas a la
biblioteca, principalmente se han dirigido a estudiar principalmente, y poco
dirigido a la consulta, ya que actualmente con Internet, mucha de la
información, tal como comentaba, la tenemos al alcance desde la silla de
nuestra habitación.
Para
concluir, diré que hay maneras de disfrutar de la lectura y las nuevas tecnologías
pueden ayudarnos. Hace 2 años pude conseguir un “Kindle” que ha sido una
herramienta genial, poder llevarme los libros a cualquier lado, en poco peso, y
de muy fácil manejo, ha sido otra manera de disfrutar de la lectura. “Se acerca
el invierno” como dicen en la novela de G.R.R. Martin pero siempre nos quedarán las
lecturas en verano junto a la piscina o playa.
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